lunes, 30 de julio de 2007
jueves, 19 de julio de 2007
Sin ganas de postear
Suena paradójico, porque estoy posteando ahora en un momento de lucidez mental y oscuridad coronaria. Creo que hace tiempo se perdió el sentido de subir artículos aquí, mal que mal para eso tengo mi bitácora personal, que no requiere cuenta Google, ni una plantilla html, ni siquiera acceso a un computador con internet. No es más que un humilde cuadernito con su lápiz de turno que me acompaña en momentos de alegrías y desventuras, que jamás me juzga, jamás me critica, jamás me miente ni es desleal.
Si no fuera por este cuadernito estaría en un manicomio, o descargando violencia a borbotones en lugares equivocados, contra las personas incorrectas dentro de contextos erróneos.
Gracias a mi bitácora tengo la oportunidad de dedicar unos minutos verdaderamente a mí mismo, para conocerme mejor, llevar la historia de mi vida sin tapujos ni censura, registrar mis errores y aprender de ellos para tratar de no volver a cometerlos en el futuro.
Hoy dedico este posteo a mí mismo, por llegar tan lejos con este proyecto personal, el cual definitivamente prefiero mantener hasta mis días finales sobre papel y tinta; y al igual que en mi cuadernito hoy no habrá comentarios para insertar.
lunes, 9 de julio de 2007
Tiempo de cambios
Hace aproximadamente un mes el tiempo tenía un significado distinto. El tiempo transcurría rápidamente, se me iba de las manos, me salían canas de un día para otro (aunque cada una de éstas tiene nombre y apellido <(-··-)>U). Sentía que envejecía en vano, que los días se hacían eternos, agobiantes, improductivos.
Ahora el tiempo tiene un significado distinto, es un concepto distinto para mí. Los días se pasan volando, el ocio parece venir en la medida justa, el sueño parece faltar y casi sin darme cuenta se repite el ciclo.
Por primera vez experimento el auténtico mundo laboral, con horarios que cumplir, metas que conseguir y una clara cadena de mando hacia arriba. Es todo un mundo nuevo que he ido descubriendo de a poco.
De hecho es casi como volver a los días de la enseñanza media, sólo que esta vez con jornada completa y su termo con el almuerzo. Se sigue un horario, se trabaja con breves períodos para "tirar la talla" y despejar la mente.
No tengo una oficina propia, ni siquiera un cubículo, sino un escritorio que comparto con mi colega analista de sistema, pero al menos sé que la silla, la superficie y el computador (con pantalla LCD) están asignados exclusivamente para mi puesto.
El ambiente humano es tan grato, ya que todos compartimos una generación casi en común. No hay estrógenos artificiales dando vueltas por ahí que pertuben la paz y tranquilidad de una falocracia comercial (MAN POWER!!).
No sé cuánto dure en ese trabajo... Quizás cuando venza mi contrato ya no requieran más de mis servicios, o tal vez sí, no lo sé. De momento sólo pretendo disfrutar esta experiencia, aprovecharla al máximo, aprender mucho y, por sobre todo, mantener latente un sueño que sólo concebía en las más alocadas de mis imaginaciones diurnas y nocturnas, y que hasta hace poco estaba dando por perdido.
(Posteo dedicado para un buen amigo... mucha fuerza para ti)
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