Quiero un atardecer contigo a la orilla del mar.
Quiero un atardecer escuchando las olas rompiendo en la orilla de la playa.
Quiero un atardecer sintiendo el calor del sol y la frescura de la brisa marina.
Quiero un atardecer tan sólo adornado por tu sonrisa y la suavidad de tu mano.
Pero por sobretodo, quiero un atardecer con tu teléfono apagado...
Para que no llame tu madre con complejo de sistema solar pidiendo que le barras el patio o le bajes el paquete de harina de la despensa.
Para que no llame tu hermana pidiendo a última hora que le cuides a sus hijos porque le salió una invitación de la amiga del colegio en la noche.
Para que no llame el amigo aleatorio preguntando "¿Qué haces?" y terminen hablando media hora poniéndose de acuerdo para juntarse a beber cerveza barata justo el día y hora que teníamos una cita.
Para que no llame tu otra hermana pidiendo que le compres un número de la lotería cinco minutos antes de que se cierran las apuestas.
Para que no llame la novata con la que trabajas preguntando sobre cómo se redacta un email.
Para que no suene el mensaje grupal de WhatsApp con el vigésimo torpe y aburrido meme sacado de Facebook, ni la quincuagésima séptima foto del día del último infante nacido en tu familia.
...
Quiero un atardecer, con la presencia de tu compañía y la ausencia de tu teléfono...
(Pero creo que eso, últimamente, es pedir demasiado)
(Pero creo que eso, últimamente, es pedir demasiado)