Mientras leía la prensa matutina, me encontré con una noticia que me confirma una vez más que las organizaciones religiosas del hombre no hacen más que traer miedo, dolor y sufrimiento a la humanidad.
En un refugio para inmigrantes en Holanda, un niño recibió en su móvil un mensaje multimedia con la foto de una criatura mitad humana y mitad roedor, el cual contaba una antigua leyenda musulmana adaptada a los tiempos moderno, donde una niña y su familia que prefería las costumbres occidentales a las que aparecen en el corán habrían sido castigados, y la niña, después de patear el corán en el suelo, habría sido convertida en rata por haber desatado la furia de Alá. Por supuesto, en el refugio cundió el pánico entre niños y adultos.
La foto resultó ser una escultura de una artista vanguardista de Australia, quien nada tenía que ver con la difusión de este infame MMS.
Aquí hay tres hechos preocupantes. Primero, las terribles intenciones del desgraciado que se le ocurrió enviar una abominación así por celular (para qué hablar de las cadenas por e-mail con características similares), creo que alguien así debiera ser encarcelado sin ningún miramiento. Segundo, la ignorancia de esa pobre gente, que ha sido moldeada durante toda su vida en una religión basada en el miedo y el castigo (de hecho, todas se basan en el miedo y castigo). Por último, nuevamente se deja ver que la religión del hombre puede hacer e inventar cualquier cosa con tal de conservar su poder e influencia en nuestra sociedad, ya que estas historias de metamorfosis como castigos divinos existen y son parte de las tradiciones judeo-cristianas y musulmanes, además de cultos tribales en todo el mundo.
Afortunadamente me he despojado de toda esa influencia maligna y disfruto mi libre albedrío con total responsabilidad.
En un refugio para inmigrantes en Holanda, un niño recibió en su móvil un mensaje multimedia con la foto de una criatura mitad humana y mitad roedor, el cual contaba una antigua leyenda musulmana adaptada a los tiempos moderno, donde una niña y su familia que prefería las costumbres occidentales a las que aparecen en el corán habrían sido castigados, y la niña, después de patear el corán en el suelo, habría sido convertida en rata por haber desatado la furia de Alá. Por supuesto, en el refugio cundió el pánico entre niños y adultos.
La foto resultó ser una escultura de una artista vanguardista de Australia, quien nada tenía que ver con la difusión de este infame MMS.
Aquí hay tres hechos preocupantes. Primero, las terribles intenciones del desgraciado que se le ocurrió enviar una abominación así por celular (para qué hablar de las cadenas por e-mail con características similares), creo que alguien así debiera ser encarcelado sin ningún miramiento. Segundo, la ignorancia de esa pobre gente, que ha sido moldeada durante toda su vida en una religión basada en el miedo y el castigo (de hecho, todas se basan en el miedo y castigo). Por último, nuevamente se deja ver que la religión del hombre puede hacer e inventar cualquier cosa con tal de conservar su poder e influencia en nuestra sociedad, ya que estas historias de metamorfosis como castigos divinos existen y son parte de las tradiciones judeo-cristianas y musulmanes, además de cultos tribales en todo el mundo.
Afortunadamente me he despojado de toda esa influencia maligna y disfruto mi libre albedrío con total responsabilidad.
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