lunes, 27 de febrero de 2006

Vivir en el fin del mundo

Cuando era más pequeño no había que ser un genio para darse cuenta de que todos los avances culturales, tecnológicos y sociales provenientes del llamado "primer mundo" llegaban con una década de retraso a nuestro país. Es cuestión de mirar la historia musical chilena. Mientras en EE.UU. vivían la revolución de las flores con Jimmy Hendrix, en Chile era furor la "nueva ola". La onda disco llegó a pricnipios de los 80, cuando en la OTAN ya disfrutaban el apocalíptico rock electrónico.

Por eso a veces me lamentaba de vivir en el tercermundismo... hasta ahora.

Me alegro de que en nuestro país no exista un sistema de alarma terrorista, ni de alarma de tornados, o de alarma de bombardeos. Me alegro de que la población culta de este país sea mayoritariamente indiferente o tolerante en el aspecto religioso. Aunque no voté por ella (ni lo habría hecho) me alegro de tener una mujer agnóstica como presidente que no me impondrá que visite La Meca, ni el Vaticano ni la Catedral de los mormones en Utah. Me alegro de que mis colegas y amigas no tengan que utilizar velo o burkas. Me alegro de que no apedreen públicamente a una mujer si se sospecha que cometió adulterio o que ahorquen a dos hombres que se crea que sean homosexuales.

Me alegro de tener la opción de ver todos los sitios de Internet que existen sin el obstáculo de un filtro provisto por el estado. Me alegro de tener la opción de tener 100 hijos o de simplemente no tener ninguno si así me place, sin que la sociedad ni la fe me condene por no seguir una normativa tribal de más de 1000 años.

Me alegro de vivir en un país que, aunque los televisores de plasma y las tecnologías de entretenimiento sean carísimas, puedo disponer de una amplia variedad de alimentos frescos y nutritivos que no se encuentran expuestos a extrañas enfermedades asiáticas y se venden a precios razonables.

Me alegro por vivir en una lejana tierra que estaría a salvo en una eventual guerra nuclear entre países del hemisferio norte. Me alegro por tener la libertad de andar, pololear y casarme con la persona que yo elija, sin que medie la voluntad de algún decrépito familiar.

Después de haber visto TV cable durante un par de días, me alegro de vivir en lo que parece ser el mejor país para vivir en la Tierra. Así es Chile, así debiera ser el mundo entero.

jueves, 23 de febrero de 2006

Victoria sobre la reconquista española

Después de haber sido esclavos de la reconquista española durante 15 años (en el aspecto de las comunicaciones) mi familia y yo hemos decidido cambiar de compañía telefónica por una que nos ofrece tres servicios que integran al hogar en la era de la información: telefonía, TV cable e internet, todo por un precio bastante inferior al que solía pagar por sólo la cuenta telefónica proveniente de su homófona, gigante transnacional de las telecomunicaciones.

Realmente dar de baja la línea fue una verdadera odisea burocrática. Primero tuvimos que esperar un buen rato antes de que nos atendieran, después nos mandaron a otro mesón y luego a pagar la cuenta y el remanente hasta el día de hoy.

Estábamos de nuevo esperando nuestro turno y de pronto a una señora le dio un ataque de convulsiones, no podía respirar y perdió el conocimiento. Todas las mujeres presentes atinaron a socorrerla, la pusieron en el piso mientras alguien llamaba una ambulancia. Al rato llegó una carabinera y fue en ese momento en que recuperó el conocimiento, o en parte, después llegaron los camilleros, pero la señora no quería ir al hospital, decía que estaba bien, que no era epiléptica, sino que los problemas que tenía con la compañía la tenían muy nerviosa y estresada. Me dio pena.

En mi paso final, devolver el viejo "cuernófono" (por el cual pagamos un arriendo tremendamente superior al costo del equipo -_-), se le acercaron muchas personas a la mujer que me estaba atendiendo, por supuesto, sólo con problemas: reclamos, ineficiencia de los servicios automatizados de atención, cobros excesivos o inválidos. La respuesta era la misma: a pesar de que estábamos en la oficina central de la empresa en Valparaíso ellos no podían hacer nada porque eran un "agente indirecto"... Pero claro, para cobrar sus tarifas excesivas su eficiencia es de clase mundial.

En fin, estoy contento porque desde mañana tendré TV cable, al costo de ancho de banda de internet pero que más da, al fin podré ver ETC TV, y Adult Swim de Cartoon Network, las típicas sitcoms gringas y muchas cosas más que expandirán mi mente y me darán más ideas para escribir chorradas en mi blog ^_^

martes, 21 de febrero de 2006

¡A ponerse las pilas!

Después de haberme resignado a no haber tenido verdaderas vacaciones este verano, desde ayer me puse a organizar mi material para las clases de este año, si esto no es "jauja" como dicen por ahí, ¡je! Me da una lata tremenda, pero no me estresaré, puesto que ya habrá todo un semestre para eso, y aparte estos calores no me dejan trabajar a gusto. Además aún no se termina febrero y, por supuesto, la universidad no nos paga este mes, por mucho que nuestra disciplina nos impulse a hacer las cosas con una prudente antelación, de modo que seguiré disfrutando del fin del verano. De todas maneras prefiero adelantar trabajo y así no caer en un colapso nervioso después ^_^U

PD: Las baterías son de marca chancho para no promocionar a ninguna marca conocida por estos lares, jejejeje!

sábado, 18 de febrero de 2006

Vacaciones en casa

Después de haber pasado casi dos meses sin actividad productiva creo que me tendré que resignar a haber estado en casa la mayor parte del tiempo de mis vacaciones. En verdad deseaba tener un par de días en la naturaleza o algún recinto vacacional, pero bueno, quizás lo posponga para invierno o con suerte para el próximo verano. Es un buen pretexto para no despilfarrar dinero en baratijas y siempre el ahorro con miras a un fin noble vale todos los sacrificios que se hagan en el intertanto.

La verdad no me puedo quejar; después de un enero color de hormiga estoy disfrutando de un período de renacimiento... lo he pasado bien y la magia del verano llegó, tarde pero llegó ^_^

Ahora sólo me queda esperar que se vayan estos calores infernales de los últimos días y el equinoccio de marzo dé paso por fin al benigno clima otoñal.

sábado, 11 de febrero de 2006

Contemplando el cielo


Después de haber tenido un día estupendo con una persona muy especial, al final de la jornada de ayer recordé que mi amigo Rodrigo y la Sociedad Astronómica de Valparaíso saca sus telescopios a los miradores del Cerro Concepción para que el transeúnte común y corriente tenga la oportunidad de apreciar el universo por medio de estos valiosos instrumentos ópticos. Fui a mirar pero no había nadie. Volví a casa y al comunicarme con él me dijo que si estarían. Al parecer yo me había adelantado un poco.

Después de que una cantidad considerable de turistas y niñitos fastidiositos miraran a través de aquellos aparatos, al fin fue mi turno, y pude contemplar claramente la clásica silueta de Saturno y, según consideraciones de Rodrigo, su satélite Titán. También pude observar el contorno lunar en gran magnitud y detalle. Fue una noche enriquecedora. Después lamenté que no me hubiera acompañado aquella personita, pero bueno, ya habrá alguna otra oportunidad... (un saludito para ti ^_^)

jueves, 9 de febrero de 2006

Derecho a la tranquilidad

Como estoy de "vagaciones" tengo la oportunidad de quedarme hasta tarde viendo la TV o frente al computador. Sin embargo, anoche fue muy difícil conciliar el sueño.

Desde el plan de la ciudad se escuchaba una batucada... con equipos de amplificación. Efectivamente, los vidrios de mi casa temblaban y las paredes crujían, y eso que mi hogar se encuentra a una distancia considerable del plan. Yo pensaba en la pobre gente que vive a una cuadra o menos del lugar. Pensaba en los niños, los ancianos, las personas que deben levantarse muy temprano al día siguiente para ir a trabajar y que la hora de dormir representa un alivio momentáneo del estrés diario.

No estoy seguro desde qué hora estaban tocando, pero sí estoy seguro de la hora de término del "evento": 2 de la madrugada de hoy jueves.

No me opongo a las manifestaciones culturales, y mucho menos a la libertad de expresión, un valor que no se aprende ni con los padres, ni en la escuela ni mucho menos en una iglesia, sino con la propia experiencia del crecimiento. Sin embargo, creo fervientemente que los derechos de uno terminan donde empiezan los derechos del otro. Y creo que anoche se pasó a llevar el derecho al descanso de una gran cantidad de porteños, incluyéndome.

No es novedad que el alcalde, don Aldo Cornejo, no tenga criterio para la realización de este tipo de eventos. Para él y el gobierno es más importante que haya "circo para el pueblo" (y casas de colores sicodélicos) que tranquilidad y soluciones reales para los ciudadanos. Me niego a vivir en la copia tercermundista de Saltavilla.

Lamentablemente el fin del verano se acerca a pasos agigantados, y con ello la vuelta a la realidad estudiantil y laboral, pero creo que la quietud invernal es el mejor regalo para quienes preferimos una vida pacífica y libre de bulla.