Hoy me dirigía a la u, a realizar mis actividades habituales (sin ganas, por cierto) cuando de pronto alguien me llama por mi nombre justo en la esquina donde iba a cruzar. Una muy buena amiga y colega de la u,***** ******** *******, estaba parada justo a mi lado y yo, entre mi nube negra, no me había percatado de su presencia. En una conversación que tuvimos a la rápida quedamos de juntarnos en la tarde de hoy.
Reconozco que llegué un pelín tarde pero nada grave a nuestra cita. Después de saludarnos como corresponde a dos amigos que no se han visto en años (sí, tres años, jejeje) empezamos a contarnos la vida. Ella ha estado trabajando en Rancagua, pero no le ha ido bien, ha pasado por problemas similares a los míos. Creo que el tener jefes incompetentes es una constante que se da en todas partes. Incluso le han hecho tanto daño que ha necesitado ayuda profesional. Al parecer la injusticia circula en la sangre de mucha gente descriteriada.
Pero es cierto, llega un punto en el cual uno no aguanta más y no empieza a filtrar, como me está pasando a mí en este momento, ya me importa un comino con quién esté tratando, sea una secretaria sacadora de vuelta o un mito urbano llamado rector. No lo niego, lo disfruto, total ya no tengo mayor interés de hacer carrera en una institución preocupada más bien de acumular riquezas para los llamados "eventos sociales" que del apoyo a la formación de alumnos y académicos. A ella le pasa lo mismo, ya no tiene interés. Quiere trabajar en lo suyo, hacer su trabajo, pero no en ese ambiente. A mí me pasa igual. El veneno de ciertas víboras y la leche agria de algunas vacas viejas ya me están empezando a dar escozor.
Qué manera de pelar, creo que fue una gran catarsis el hecho de tener una zona común de la cual poder hablar y despotricar a gusto. Sinceramente creo que fue una excelente terapia para ambos. Me dio mucho gusto haber tenido la oportunidad de hablar con ella.
(Este posteo fue llevado a ustedes gracias al patrocinio, una riquísima once en el café ****** y el alto auspicio de Empresas Caco-chan... gracias amiga, fue muy grato compartir contigo)
Reconozco que llegué un pelín tarde pero nada grave a nuestra cita. Después de saludarnos como corresponde a dos amigos que no se han visto en años (sí, tres años, jejeje) empezamos a contarnos la vida. Ella ha estado trabajando en Rancagua, pero no le ha ido bien, ha pasado por problemas similares a los míos. Creo que el tener jefes incompetentes es una constante que se da en todas partes. Incluso le han hecho tanto daño que ha necesitado ayuda profesional. Al parecer la injusticia circula en la sangre de mucha gente descriteriada.
Pero es cierto, llega un punto en el cual uno no aguanta más y no empieza a filtrar, como me está pasando a mí en este momento, ya me importa un comino con quién esté tratando, sea una secretaria sacadora de vuelta o un mito urbano llamado rector. No lo niego, lo disfruto, total ya no tengo mayor interés de hacer carrera en una institución preocupada más bien de acumular riquezas para los llamados "eventos sociales" que del apoyo a la formación de alumnos y académicos. A ella le pasa lo mismo, ya no tiene interés. Quiere trabajar en lo suyo, hacer su trabajo, pero no en ese ambiente. A mí me pasa igual. El veneno de ciertas víboras y la leche agria de algunas vacas viejas ya me están empezando a dar escozor.
Qué manera de pelar, creo que fue una gran catarsis el hecho de tener una zona común de la cual poder hablar y despotricar a gusto. Sinceramente creo que fue una excelente terapia para ambos. Me dio mucho gusto haber tenido la oportunidad de hablar con ella.
(Este posteo fue llevado a ustedes gracias al patrocinio, una riquísima once en el café ****** y el alto auspicio de Empresas Caco-chan... gracias amiga, fue muy grato compartir contigo)
2 comentarios:
Hola Daniel, gcs x tu visita.
"El veneno de ciertas víboras y la leche agria de algunas vacas viejas".....que potente!, pero cierto, hay gente que muestra esos rostros.
saludos,
Gracias Álvaro por tu visita. La verdad es que a veces uno puede pensar que esta clase de gente no sólo muestra tales rostros, sino más bien los tiene de manera permanente. Ojalá que nuestra generación no presente individuos de este tipo. Saludos.
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