Año nuevo de locos

Siempre pensé que vivir en el sector patrimonial de mi querido puerto supondría una plusvalía para mi hogar y entorno. Sitios históricos y turísticos protegidos por la comunidad y, por qué no decirlo, la administración local. Un barrio que trata de ser digno de cualquier visita oficial de autoridad forastera. Pues bien, para carnavales, noche vieja y año nuevo todas las reglas del juego cambian.

El gobierno, en su afán de callar las voces con libre pensamiento independiente alza el circo para que el pueblo se suelte como si hubiese estado amarrado, cual perro faldero, para dejar que destroce la casa a diestra y siniestra. "Es sólo una vez al año", se excusan.

Este año nos tocó a nosotros, un barrio tranquilo y apacible, ser el escenario (literalmente) de uno de los "eventos" aprobados por el municipio y, por supuesto, su ilustrísima excelencia el señor alcalde de Valparaíso. El ascensor Reina Victoria y su entorno fue sede de una fiesta gratuita, con música y hasta la desagradable presencia de dos baños químicos. Supuestamente contaba con todos los permisos, entregados la municipalidad, y además duraría hasta las 5:30 hrs. del 1 de enero.

Como sabía que tratar de dormir sería inútil, decidí pasar el rato con mis amigos. Siempre es grato compartir con ellos, incluso en un instancia como ésta. Como me dijo mi amiga Gisella: "Si no puedes vencerlos, únete a ellos". Inocentemente me devolví a mi casa como a las 6:00, pensando que pronto la fiesta terminaría y podría dormir y descansar del duro fin de semana que me había tocado... Qué ingenuo de mi parte. El evento duró hasta las 8:00, y sólo porque llegó la policía a parar el carrete, aparentemente en toda la ciudad de Valparaíso a esa misma hora (¡CONSPIRACIÓN!).

Yo me pregunto si nuestro ilustrísimo alcalde, de iniciales ALDO CORNEJO, tiene problemas auditivos, no cuenta con la lucidez necesaria o simplemente NO VIVE en Valparaíso para darse cuenta de que no todos los ciudadanos comparten el gusto por la "música rock" entre la hora de almuerzo y la cena a TODO volumen (festivales de "rock" en la ex cárcel), que ningún vecino desea la construcción de un edificio frente a sus narices que le tapará el sol y la vista a la bahía, que ningún barrio desea el flujo de extraños en lo que solía ser un vecindario tranquilo, y que el derecho de descanso de una sola persona está muy por encima y tiene prioridad a la pachanga de miles.

En la mañana del 1 de enero, después de NO dormir, vi todo el pasaje donde vivo, todo, con basura a montones, botellas enteras y sus cadáveres en forma de miles de trocitos, esparcidos peligrosamente por el suelo, manchas de alcohol y orina en las paredes. Durante todo el día las casas del sector tuvieron la misma plusvalía que las mediaguas de "Un techo para Chile", todo a manera de epílogo de una celebración concebida para los turistas que a la mañana vuelven a sus hogares quién sabe en qué otro cerro o continente.

Por supuesto y como ya sabrán, todo esto no es gratis. Se necesita permisos del municipio para construir un edificio sobre tu casa, también para subir todo el volumen a los amplificadores en los festivales de rock y para organizar una fiesta en plena vía pública y sector residencial. Todo cuesta, ya sea en pesos o en favores políticos, que se reinvertirán en más carnavales y pachanga y circo para un pueblo que cada vez más entra progresivamente en un letargo intelectual.

Total, todos los hoyos en la calzada, la basura en las aceras, los perros callejeros, las contribuciones de los profesores de enseñanza fiscal, la delincuencia, los edificios que tapan la vista y el sol de casas tradicionales en los cerros, etc., todo se perdona y olvida al final del espectáculo pirotécnico, donde literalmente se "quema" las contribuciones destinadas a un mejor Valparaíso.

Señor alcalde, como ciudadano, elector y contribuyente fiscal EXIJO que le devuelva la ciudad a los porteños, a TODOS los porteños y no sólo a quienes les debe favores económicos o políticos. No todos somos parte de un rebaño, como usted debe imaginar. Yo sí tengo memoria, sobretodo para sus desaciertos. Si desea reelección considere mejor lo que le conviene más a los vecinos y no a su cuenta corriente.