Ya estoy en casa desde el miércoles. Me hicieron una laparoscopía y ahora tengo 5 hoyitos más en el cuerpo. Tengo movilidad limitada, aunque el doctor me dijo que debía pasar el mayor tiempo posible fuera de la cama (pero sentado) para que mis órganos internos se reacomodaran a su estructura de siempre. No tenía idea que el simple hecho de agacharse o sentarse y pararse requeriera los músculos abdominales.
De mi "otra extirpación" aún me recupero. Aunque trato de autorecetarme TV con mucho humor, ¡no puedo reirme mucho porque me duele la guata! De repente hay programas en el cable que llegan a ser muy hilarantes, y me tengo que contener y es una sensación muy similar a como si fuera a explotar el estómago. Estornudar o toser con heridas quirúrgicas son otros suplicios que no se los deseo a nadie.
Lo más extraño es que al sacarme la vesícula parece que también me sacaron ciertos sentimientos negativos que quedaron como efectos colaterales de la primera "cirugía". Me siento tranquilo y en paz. Me ha ayudado mucho también escribir y escribir páginas y más páginas en mi bitácora personal, es un alivio poder vaciar todas esas emociones sin afectar la psiquis o robar el tiempo de persona alguna. Aunque mi amiga Gisella siempre ha estado allí dándome su hombro y alentándome, reafirmando desde un objetivo punto de vista que cada paso que he dado, cada desición que he tomado, por traumática que fuera, ha sido para mejor.
Ahora disfruto un delicioso tiempo libre, que tanto mi cuerpo como mi espíritu necesitaban desde hace ya mucho tiempo. No para jugar Los Sims 2 todo el día o para ver TV por horas continuadas, sino para reencontrarme conmigo mismo, evaluar donde estoy, para dónde voy, para dónde quiero ir después y reacomodar mis metas y sueños, que si bien experimentaron una "fluctuación en el espacio-tiempo", aún existen, aún están allí, pero quizás tenga que tomar un camino distinto, de la mano de personas diferentes para llegar a ellos, o quizás los alcance solo, no lo sé.
"La vida es una caja de chocolates, nunca sabes de qué relleno te va a tocar", citaba una famosa película. Puede que tenga que probar de menta, al cognac, o de otros sabores que no me gustan; pasando por frutilla y damasco que si bien no son malos, no son mis favoritos; hasta encontrar los rellenos con dulce de leche, trufa o mazapán... Aunque la experiencia adquirida ya me está enseñando de a poco a reconocer y evitar los sabores que tengo muy claro son de mi desagrado.
Por suerte, a pesar de que tengo un órgano menos en el cuerpo y un doloroso tumor extirpado del corazón, sigo siendo el mismo. Aún tengo la capacidad de aprender, crecer, confiar en las personas, amar a destajo, sorprenderme con los detalles simples... lleno de esperanza de un futuro mejor para mí y para mis seres queridos, teniendo aún como bandera mi canción favorita... Aquí abajo dejo una hermosa versión en español de su original japonés.