¡A mí no me transfiere nadie!

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana llamada "tiempos de ser estudiante universitario", recibí la agradable visita de una muy buena colega y amiga mía, Kathy. Antes de marcharse me pidió prestado el teléfono fijo para llamar a quien era entonces su pareja. Después de unos instantes de haber marcado ella exclamó con toda su ira y sarcasmo: "¡¡A MÍ NO ME TRANSFIERE NADIE!!". Instantáneamente ambos estallamos de risa.

Me refiero en esta oportunidad al mal ponderado buzón de voz, específicamente de una compañía celular en la cual, después de escuchar el tono de llamado por algunos segundos sin ser atendidos por el usuario, automáticamente conecta a una central supervisada por Doña Robotina, quien actúa como máquina contestadora y nos saca de quicio con la frase: "Usted será transferido a un buzón de mensajes de..."

Y he ahí la reacción que colma el día. Primero corto, para no gastar mis valiosos y útiles segundos en una llamada que no se efectuará, para luego recordar las sabias palabras de mi amiga:"¡¡A MÍ NO ME TRANSFIERE NADIE!!", y luego maldecir al usuario al otro lado de la antena celular con la típica frase (o similar): "¡¡Pa' qué compran celular si no lo van a tener prendi'o los con**********!!"

Luego del desahogo lingüístico viene una risita sarcástica, una exhalación, un sentimiento de resignación y la inocente sensación de esperanza de que pronto se comunicarán con uno.

Oh, Kathy, cuánta juventud y cuánta sabiduría combinadas en aquel momento. Siempre recordaré dicha ocasión con alegría cada vez que me salga la voz de Robotina cuando no me quieran contestar el teléfono.

PD: Espero que se hayan sentido identificad@s, ya sea en cualquier extremo de la antena celular ^_^