viernes, 30 de noviembre de 2007

Se me acabó mi cuaderno

Después de casi exactamente un año se acabaron las hojas de mi bitácora. Es viernes por la noche y todo está cerrado y la mayoría de la gente está picando la cebolla con la Teletón. En sólo media página tuve que resumir hechos y sentimientos que se amontonan por salir, para hacerle espacio a mi humilde cabecita que se sobrecalienta si almacena risas y angustias, alegrías y frustraciones, carcajadas y lágrimas de sangre.

Quisiera exclamar tanto como lo hago en mi pequeño universo de hojas cuadriculadas o lineales, es la única manera de mantener mi sanidad psicológica, pero hoy no puedo, porque se acabaron las páginas de mi cuaderno.

Aquí no puedo, porque este espacio web ya se ha vuelto una vitrina, en donde se supone que sólo algunas personas pueden (y deben) leer lo poco y nada que escribo aquí.

Hoy sólo debo callar y aguantarme una mala noche de sueño, caldeando pensamientos que deberían volar por la ventana y sólo volver a visitarme de vez en cuando, en momentos que necesite un buen recuerdo o aprender de errores pretéritos.

PD: Ayúdame, Dios...

domingo, 18 de noviembre de 2007

Las ventajas de mantenerse informado

Hace aproximadamente un mes, una buena amiga y colega me informó sobre una prueba que ofrecía la CORFO a modo de censo de las personas que hablamos inglés en mayor o menor grado. Las personas que aprobaran obtendrían un certificado del gobierno y pasarían a formar parte de la base de datos que se entregaría a empresas internacionales que buscan personal en Chile. Todo por cortesía de los contribuyentes de la nación.

De hecho hace dos o tres años se llevó a cabo la misma prueba, pero nunca me enteré hasta sino cuando ya era muy tarde. Pero esta vez me informé, di un pre-test por internet y ayer sábado di la prueba. No fue la gran cosa, pero lo malo fue que me tocó estar sentado en unos asientos con mesita super incómodo que me dejó con el cuello acalambrado. En fin, ya pasó.

También esta misma semana me enteré por la prensa en línea que la municipalidad de Viña del Mar tendría dispuesto un stand para la vacunación contra la rubéola. Como aún soy joven, caí dentro del grupo de riesgo, así que procedí a remangarme y pensar en paisajes diáfanos mientras me pinchaban el brazo. Lo mejor es que la municipalidad se encuentra a sólo algunas cuadras de mi trabajo, por lo que no tuve que esperar siglos en mi consultorio local ni perder (ni recuperar) horas laborales.

El punto es que obtuve dos beneficios totalmente gratuitos por informarme, lo cual demuestra que el conocimiento sí es poder después de todo. Ahora ya no tendré el prejuicio pesimista de que en las noticias sólo hay basurándula y crónica roja.

(PD: Al fin pude postear algo inteligente después de eones de inactividad neuronal)