martes, 29 de agosto de 2006

La acumulación del karma

Quizá yo no sea una persona religiosa, ya que me fastidia todo lo que sea una jerarquía organizada en torno a cualquier deidad, sobre todo cuando la cima de la pirámide anima a sus seguidores a ir a la guerra, a odiar, a discriminar y a ser intolerante con las ideas, valores y creencias distintas. Pero en lo que si estoy llegando a creer es el asunto del karma.

En esencia, el karma es la carga espiritual que llevamos según nuestras acciones. El bien sólo traerá bien (aún a costa de sufrimiento) y el mal y la injusticia sólo traerá mal e injusticia de manera exponencial. He presenciado ejemplos de estas situaciones en mi propia vida.

Como muestra, cierto día de lluvia en un ajetreado día laboral, la bruja de mi ex jefa estaba histérica, no se la podía y por cualquier cosita echaba chispas. Atendíamos a los pasteloides de los alumnos que debían inscribir asignaturas. La paciencia es una virtud que llevo con medalla de oro, pero en cambio la señora ésta se desespera con facilidad. En uno de sus arranques de histeria la invité apaciblemente a la calma y la relajación, pero eso fue como tirar un fósforo encendido a un saco de pólvora, echó a los estudiantes fuera de su oficina, cerró la puerta y comenzó uno de sus tantos sermones de vieja menopáusica que alcancé a recibir de parte suya, o como se dice en nuestra jerga, comenzó a "tirar mierda pa' todos lados". Obviamente encontré que era una situación muy injusta, pero como ser armonioso que trato de ser sólo callé y traté de sacudirme la "mierda" del cuerpo.

Al rato después fue a sacar fotocopias, tenía que cruzar la calle, mientras yo me quedé en la oficina. Pero comenzó a tardarse. Regresó como a las dos horas, con ropa distinta y con los ánimos enfriados metaforica y literalmente. Cuando iba a cruzar la calle pasó un auto cerca de ella y le tiró todo el charco que había en la calzada y había quedado estilando... tuvo que volver a casa a cambiarse la ropa, ¡PLOP!

Tengo muchísimos ejemplos más de personas que me han tirado las focas por nada, o hecho algún daño. Puse a esta señora de muestra porque ha sido la que más mal karma acumuló durante el tiempo qu tuve que trabajar con ella.

El asunto es que cada mala acción tendrá una mala reacción, casi de inmediato, y trato de no cometer malos actos, aunque sea por torpeza y por muy tentador que sea tirar una buena "chuchada" a alguien que se la merezca. Una buena acción nunca tendrá una recompensa a corto plazo, pero de que llegan sí llegan, en el momento en que uno menos imagina, y tengo un gran ejemplo que lo demuestra... quien sepa sabrá de qué estoy hablando ^_^.

De todas maneras quiero seguir acumulando buen karma, y aunque no sea Ghandi, Jesús o Buda, haré todo lo posible por ser bueno, amable y gentil con los demás, se lo merezcan o no.

sábado, 19 de agosto de 2006

Una década en un cuaderno

Desde que mi amiga personal, Yasna, me mostró el mundo de los blogs me llamó la atención en gran manera. Y a diferencia de la mayoría que prefiere mirar las vidas ajenas a través de una página web, yo decidí publicar mis ideas y pensamientos locos, que siempre han estado ansiosos de algún público con una mente abierta, muy abierta, de hecho.

Sin embargo, lo que la gran mayoría de mis amigos y conocidos no sabe es que yo escribo una especie de "blog" pero sin "web" desde hace muchísimo tiempo antes de la masificación de la informática aplicada.

Mi bitacóra personal, fundada oficialmente el 20 de septiembre de 1995 (aunque existen otros cuadernos concebidos meses antes, perdidos y desaparecidos oficialmente en el vertedero municipal) fue creada en momentos de gran tensión familiar, escolar y personal. Un escape para expresar ideas, sueños y sentimientos inimaginables para el común de la humanidad. Por supuesto, buenos y malos tiempos han acontecido de manera intermitente, alternándose o mezclándose desde aquel entonces. Existe un registro detallado de todo lo que ha pasado por mi mente, corazón y cuerpo.

Ahora, después de tanto tiempo, de haber crecido y madurado (aunque no del todo ^_^) ¿por qué seguir escribiendo? Muy fácil, a diferencia de un weblog no hay nadie que te juzgue, critique o malinterprete. Todo queda plasmado y registrado tal cual como uno mismo lo quiso para sí mismo. Es un testimonio viviente de mi paso por la tierra, de mis vivencias tristes y alegres, el cual no está pensado para ser compartido con los demás, sino más bien para releerlo, recordar tiempos felices, momentos amargos y reflexionar en los errores del pasado para no cometerlos en el presente ni mucho menos en el futuro.

El regocijo, la meditación, la reflexión y la tristeza personal nos hace conocernos más a nosotros mismo y, de paso, crecer junto con la edad física.

Uno de los aspectos más característicos de mi bitácora es que está escrita en mayor o menor medida con caracteres obtenidos de la fuente más insospechada, que sólo yo conozco en su totalidad. Aunque por diversos motivos existen... mmm... cinco personas (separadas por tiempo, espacio y circunstancias) que han tenido acceso a una fracción de este código secreto. De hecho, ni aunque se juntaran estos cinco personajes podrían descifrar el alfabeto configurado anatómicamente para mi mano y mi psiquis, ¡jejejeje!

El hecho de tener la posibilidad de verter y vaciar el corazón simplemente no tiene precio. Ojalá todos, hombres, mujeres, niños y adultos descubrieran lo grandioso que es llevar un registro personal.

(PD: Además ayuda a la caligrafía, ortografía, sintaxis, creatividad, cultura general y sobre todo a la capacidad de expresión lingüística)

lunes, 7 de agosto de 2006

¿Quién se llevará mi queso?

Durante este fin de semana recién pasado tuve la oportunidad de leer un clásico de la literatura contemporánea, "¿Quién se ha llevado mi queso?", por Spencer Johnson. Había oído mucho de este relato, porque al final es un cuento, pero nunca se me ocurrió leerlo. Es una buena opción para quien tenga una hora libre, ya que es corto y de muy fácil lectura.

El cuento me hizo reflexionar muchas cosas: sobre la búsqueda de las metas personales, sobre los cambios que obstaculizan la realización de dichas metas, y la actitud individual para reaccionar a tales cambios.

Muchas veces se llevaron mi queso y no pude encontrarlo de nuevo. Me ha sido difícil encontrar nuevos quesos, algunos no duran mucho, y otros se han arruinado por culpa del moho, y sigo a la búsqueda de nuevos quesos escurridizos.

Hoy puedo decir que disfruto mucho de algunos quesos, pero el librito éste me ha hecho meditar que en cualquier momento se podrían "acabar, enmohecer o cambiar de lugar", y ¿qué hacer ante dicha situación?... El relato sugiere adaptación y perseverancia constantes, pero después de un rato uno se aburre y se cansa. ¿Acaso habrá algún tipo de queso que no se acabe, enmohezca o cambie de lugar? Ojalá que sí.