Cacería de brujas

Una noticia de los últimos días me ha dejado conmocionado, especialmente porque me veo relacionado con el entorno académico, al menos en su nivel más bajo y ninguneado, pero relacionado al fin y al cabo.

En la Universidad de California ha empezado una verdadera cacería de brujas. Un ex alumno (republicano, por cierto) fundó una organización y página web que "denuncia" a aquellos profesores que dejan entrever sus ideas políticas y que están en contra del actual gobierno de EE.UU., tildándolos como "radicales o extremistas". Además ofrece a los estudiantes de esa casa de estudios recompensas en dinero para quien pueda demostrar en grabaciones de audio o vídeo la ideología disidente de sus profesores.

Las universidades serias deben preocuparse de entregar una educación imparcial, sin embargo es inevitable que algunos académicos manifiesten sus puntos de vista en las aulas, no es algo condenable ya que todos somos distintos y por ende tenemos distintas perspectivas sobre la vida. Los académicos, como formadores de los miembros de la sociedad deben tener cautela al expresar su opinión sobre aspectos delicados proclives a la polémica, como política, economía, religión, ¡hasta el equipo favorito de uno! Lamentablemente algunos profesores se dejan llevan por la pasión del momento y dan la impresión de ser fascistas, marxistas o fundamentalistas, aunque la realidad no sea tan así.

Al estudiar en una universidad uno recibe muchas influencias, realidades y opiniones que por lo general no se manifiestan en la educación media. Uno como adulto inteligente y racional decide si respaldar, ignorar o rechazar todas esas nuevas ideas que nos bombardean día a día. Ese es el caso de los estudiantes de la UCLA.

Nadie puede ni debe declararse poseedor de los valores universales. Es por eso que hoy denuncio a Andrew Jones y su absurda institución como la peor de las organizaciones terroristas en contra de la libertad de pensamiento y su expresión.