sábado, 17 de marzo de 2007

La evolución de la ciudad


Valparaíso está cambiando, es un hecho innegable. Los viejos edificios de adobe se derrumban para dar paso a la modernidad. Los lotes baldíos son un bien escaso y precioso dentro de la urbe. Todos quieren vivir cerca de todo, ya que el único atractivo de los suburbios es la tranquilidad relativa que existe en su entorno, aunque el automóvil es de uso casi obligatorio.

No estoy de acuerdo en que el municipio apruebe proyectos inmobiliarios que taparán la vista de muchos hogares pequeños ya consolidados en plan y cerros. Tristemente en ocasiones la única plusvalía de estas casas es precisamente su vista panorámica hacia el Océano Pacífico. Tampoco es agradable a la vista ver como se levantan verdaderas "cajas" con ventanas y balcones, fruto de la poca creatividad y mediocre visión artística de algún arquitecto de tendencia post-modernista. Dichas construcciones constrastan de sobremanera la bella (y un tanto descuidada) arquitectura patrimonial.

Otro punto que me preocupa es la transformación de antiguas y hermosas casonas en lofts: viviendas generalmente de un solo ambiente, para personas solteras dispuestas a pagar un precio sobrevalorado tan sólo para vivir en el barrio de moda.

Por otro lado tenemos a los porteños "fundamentalistas", es decir, aquellos que no desean cambios de ningún tipo con tal de mantener la esencia de nuestro puerto. Por ellos se conservarían las panderetas de lo que alguna vez fuera un edificio residencial o comercial, sin importar el pecado estético contra un desmejorado entorno.

Yo creo que lo saludable, lo inteligente y lo práctico sería tomar lo mejor de ambas perspectivas y aplicarlas como políticas urbanas a nuestra ciudad. No es sano levantar grandes multitiendas y megamercados que, en la práctica, reclutan a la gente que ha perdido sus empleos en el comercio tradicional por culpa de la competencia avallasadora de estas entidades.

No es sano mantener lotes baldíos ni ruinas a medio demoler a excusa de la "conservación patrimonial". Nadie se beneficia de estas situaciones. Por el contrario, espantan al turista y lo animan a visitar, pernoctar y (lo más importante) gastar en Viña del Mar.

No es sano construir cubos residenciales en lo que fuera un bello barrio estilo victoriano. No es sano taparle la vista a la abuelita María y quitarle el sol que calentaba sus años dorados y secaba su ropa sin gastar un solo Watt.

Me da mucha lástima ver cómo el gran potencial de la urbe que me vio nacer sea desperdiciado únicamente porque las decisiones las toman personas sin un juicio racional, interesadas en seguir contentando a la gente con onces gratuitas en juntas de vecinos y centros de madres partidarios a la autoridad de turno.

PD: Se viene mi candidatura como edil, jejejeje ^_^

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya, yo por decimoquinta vez entro aqui a poder decir que me encanta la idea de un mall en las dependencias del muelle baron, que sea como el mall de puerto montt que esta en la costanera y que considero que es el centro comercial mas lindo de chile, por otro lado, tambien comenté en todas las oportunidades que este super blog me borro mis escritos, que considero que no deberia ser de vidrio ni de diseño posmoderno, por que no le pega, deberia ser una arquitectura victoriana emulando lo renacentista jeje o lo antiguo y viejo del puerto, como cuando construyen los edificios de la santa maria, que parecen igual de viejos que el original, pero son recien estucaditos por topisimos arquitectos....


eso,,,, ojala ahora si lo suba esta leseraaaaaaaaaaaaa